• Dea

    Recio y amplio edificio, que no brilla
    Por la elegancia y el primor del arte.
    Fue convento y capilla
    Y es hospital. Elévase a la orilla
    Del mar, hacia la parte
    De Oriente, por la cual hay un baluarte,-
    De dos que duran a evocar memoria
    De antiguos tiempos de tumulto y gloria.

    Junto a ríspida rampa de granito,
    Roña de ruinas y despojos...

  • Cuanto en mí vierte luz y armonía
    ha nacido a tus besos de miel;
    yo soy bardo y tribuno, alma mía,
    porque tú eres aliento y laurel.

    Si he lanzado una piedra a los cielos,
    si fui cruel, no me guardes rencor;
    confesando que ha sido por celos,
    harto digo que fue por amor.

    No te aflijas si el nauta suspira
    tanto nombre en las noches del mar;...

  • Junto al plátano sueltas, en congoja
    de doncella insegura, el broche al sayo.
    La fuente ríe, y en el borde gayo
    atisbo el tumbo de la veste floja.

    Y allá, por cima de tus crenchas, hoja
    que de vidrio parece al sol de mayo,
    toma verde la luz del vivo rayo,
    y en una gema colosal te aloja.

    Recatos en la virgen son escudos;
    y echas en tus...

  • ¡Yo quisiera salvar esa distancia,
    ese abismo fatal que nos divide,
    y embriagarme de amor con la fragancia
    mística y pura que tu ser despide!

    ¡Yo quisiera ser uno de los lazos
    con que decoras tus radiantes sienes!
    ¡Yo quisiera, en el cielo de tus brazos,
    beber la gloria que en tus labios tienes!

    ¡Yo quisiera ser agua y que en mis olas,
    ...

  • Tristes los ojos, pálido el semblante,
    de opaca luz al resplandor incierto,
    una joven con paso vacilante
    su sombra traza en el salón incierto.

    Se sienta al piano: su mirada grave
    fija en el lago de marfil que un día
    aguardó el beso de su mano suave
    para rizarse en olas de armonía.

    Agitada, febril, con insistencia
    evoca al borde del...

  • Palma, no te enorgullezcas
    de superar en altura
    a los laureles y almendros
    sobre cuyas copas triunfas.
    La tempestad se avecina,
    y cuando el rayo fulgura,
    las frentes menos enhiestas
    son las que están más seguras.

    No te ensoberbezcas, rosa,
    porque brillas y perfumas,
    y en el jardín y en el prado
    reinas, excedes y ofuscas....

  • Llego entre dos esbirros, que no dudan
    de que a un monstruo feroz guardan y aquietan.
    Gritos desgarradores me saludan
    y brazos epilépticos me aprietan.

    Suspenso en el umbral callo y vacilo.
    Alto y grueso blandón muestra y agrava
    con lampo incierto el espantable asilo.
    La llama teme al soplo, sesga y flava...
    ¡Pugna por arrancarse del pabilo...

  • Se que la humana fibra
    a la emoción se libra,
    pero que menos vibra
    al goce que al dolor.
    Y en arte no me ofusco;
    y para el himno busco
    la estética del brusco
    estímulo mayor.

    Mas no en aleve audacia
    demando a la falacia
    la intensa y cruda gracia,
    como un juglar sutil.
    A la verdad ajusto
    el calculado gusto,
    ...

  • En la rama el expuesto cadáver se pudría,
    como un horrible fruto colgante junto al tallo,
    rindiendo testimonio de inverosímil fallo
    y con ritmo de péndola oscilando en la vía.

    La desnudez impúdica, la lengua que salía
    y alto mechón en forma de una cresta de gallo,
    dábanle aspecto bufo; y al pie de mi caballo
    un grupo de arrapiezos holgábase y reía....

  • No descansas jamás... y alegre y puro,
    murmurador y manso,
    corriendo vas sobre tu cauce duro...
    ¡Yo también como tú corro y murmuro,
    yo también como tú jamás descanso!
    ¡Yo camino al vaivén de mis dolores,
    tú con ala de céfiro caminas,
    tú feliz más que yo, por entre flores,
    yo helado más que tú, por entre espinas!
    Tú pasas como sombra por...