• Mira cómo los niños,
    en un aire y tiempo de otro tiempo,
    ríen.
    Cómo en su inocencia,
    la Tierra es inocente
    y es inocente el hombre.
    Míralos cómo al descubrir la muerte
    mueren, y ya definitivamente
    ya sus ojos y dientes
    comienzan a crecer junto a las horas.

    Deja que ellos guarden sin saberlo,
    el secreto último de su inocencia...