• Hora tras hora, día tras día,
    entre el cielo y la tierra que quedan
    eternos vigías,
    como torrente que se despeña,
    pasa la vida.

    Devolvedle a la flor su perfume
    después de marchita;
    de las ondas que besan la playa
    y que una tras otra besándola expiran,
    recoged los rumores, las quejas,
    y en planchas de bronce grabad su armonía....