• ¿Conoces, como yo, el dolor sabroso?,
    Y de ti haces decir: "¡Oh, que hombre singular!"
    -Iba yo a morir. Era aquello en mi alma amorosa,
    Deseo mezclado al horror, un mal particular;

    Angustia y viva esperanza, sin humor ficticio.
    Cuanto más se vaciaba la fatal ampolleta,
    Más áspera y deliciosa era mi tortura;
    Todo mi corazón se desprendía del mundo...