Como los ángeles, con ojo furtivo,
Yo volveré a tu alcoba
Y hasta ti me deslizaré sin ruido
Entre las sombras de la noche;
Y te daré, mi morena,
Besos fríos como la luna
Y caricias de serpiente
Alrededor de una fosa rampante.
Cuando llegue la mañana lívida,
Tú encontrarás mi lugar vacío,
En el que hasta en la noche hará frío.