• Mirad ese arrogante y apuesto caballero,
    de vigorosas formas y despejada faz,
    de negra cabellera y ardiente la pupila
    de la planta majestuosa de frente escultural.

    De hermoso y suelto talle; de boca sonriente,
    miradas que revelan el genio y el amor;
    no existe en su semblante de la duda
    porque el pecho lleva bien puesto el corazón.

    ¡...