• Sólo tu corazón caliente,
    y nada más.

    Mi paraíso un campo
    sin ruiseñor
    ni liras,
    con un río discreto
    y una fuentecilla.

    Sin la espuela del viento
    sobre la fronda,
    ni la estrella que quiere
    ser hoja.

    Una enorme luz
    que fuera
    luciérnaga
    de otra,
    en un campo de
    miradas rotas.

    Un reposo claro...