• Choca tu dulce boca con la mía,
    mujer deslumbradora;
    y brotará la ardiente poesía
    que mi mente atesora.

    Deja, deja que rompa ese lujoso
    traje de terciopelo
    que oculta, como amante cariñoso,
    de tu belleza el cielo.

    Quiero una bacanal regia y grandiosa;
    que el dios de...