• ¡Qué bonita es la princesa!
    ¡qué traviesa!
    ¡qué bonita
    la princesa pequeñita
    de los cuadros de Watteau!
    Yo la miro, ¡yo la admiro,
    yo la adoro!
    Si suspira, yo suspiro;
    si ella llora, también lloro;
    si ella ríe, río yo.
    Cuando alegre la contemplo,
    como ahora, me sonríe,
    ...y otras veces su mirada
    en los aires se...