Desde que el gran Rafael
dio al mundo, la maravilla
de la Virgen de la Silla,
trasladarla en copia fiel
procura en vano el pincel,
el buril procura en vano;
que no fue dado a otra mano
igualar la perfección
y la celeste expresión
de aquel...

Adiós, dulce amiga mía,
mas que mi amiga mi hermana,
que, aunque hace aún breve tiempo
que logré la dicha rara
de conocerte, me debes
tal cariño, amistad tanta,
como si te conociera
desde mi primer infancia;
si bien el cielo sus dones
te...

¡Yo te saludo, dulce encantadora
indefinible hora,
donde se unen y mezclan noche y día!
¡Hora de suave calma
y de vaga inefable poesía!
¡Oh romántica virgen sonadora!
a tu triste beldad ceda la palma
la rozagante Aurora:
que su faz leda y su mirada...

Amor y Guerra

El estrago asolador
y los males de la Guerra
reparas, mísera Tierra
con los bienes del Amor.
Y aunque aquélla de matar
nunca se cansa, a porfía
hijos del amor te cría
que llenen aquel lugar.
Que por eso quiso Dios
...

I

¿Qué loor hay que te cuadre,
reina de la empírea corte,
hija del eterno Padre,
del Paráclito consorte,
y del Verbo virgen madre?
Tú a quien, aunque hija de Adán,
de emperatriz nombre te dan
los nobles hijos del cielo,
y atentos en...

A***

Ven conmigo a la playa tranquila,
mientras tiende la tarde su velo:
¿No parece camino del cielo
la dormida llanura del mar,
y que el cielo, cual margen opuesta,
de la mar la llanura termina?
¿No parece que a playa divina
azul senda...

Garzón de tan linda faz,
que, vestido de mujer,
nadie pudiera creer
que fuera el traje disfraz:
al presumido Narciso
en gracia y beldad excedes,
y al troyano Ganimedes
a quien Jove mismo quiso.
No hay en nuestros campos flores,
ni en el...

¡Cuánto tus días serenos,
dulce Lima, echo de menos!
¡Cuánto extraño
de tu clima la blandura,
tu primavera que dura
todo el año!
En esta región do eterno
durar anuncia el invierno,
donde va
uno de otro día en pos,
ni asoma el astro que...

El que perdidos para siempre gima
el contento del alma y el reposo,
vuele a tu seno, deleitosa Lima,
y s ser en breve tornará dichoso.
Tú, cual palacio de potente maga,
virtud encierras de sin par dulzura,
que cicatriza la más honda llaga
y la dolencia...

La clara luna su fulgor dilata
en cielo de purísimo zafir,
y en rico manto de luciente plata
parece, oh Lima, tu beldad vestir.
Mas en vano te llama y te convida
de tan bello espectáculo a gozar
el astro en cuyas luces sumergida
toda te miro, como en...