• No llames una noche de llantos a tu vida,
    ni pienses tu dolor tan hondo y duradero:
    ofendes al que sufre la verdadera herida,
    al hermano que calla su dolor verdadero.

    Mercader de sollozos, profesional del llanto,
    ¡qué sabiamente expresas ignoradas angustias!
    No son tales prodigios armónicos de canto
    para labios resecos y para frentes mustias.

    ...