Vuestra tirana exención
y ese vuestro cuello erguido
estoy cierto que Cupido
pondrá en dura sujeción.
Vivid esquiva y exenta;
que a mi cuenta
vos serviréis al amor
cuando de vuestro dolor
ninguno quiera hacer cuenta.
Cuando la dorada cumbre
fuere de nieve esparcida
y la dos luces de vida
recogieren ya su lumbre;
...