Tu alma desolada de algazara viste,
llena tu alma enferma de la risa loca;
liba, cual abeja, la miel de otra boca,
que hoy es año nuevo, peregrino triste.
Mira como el mundo se muere de risa
y agita los brazos en son de alegría;
como olvida presto, la melancolía
de los años idos... vividos deprisa...
Y salía a la calle, listo a prodigarme,
a gustar la copa de la vida ufana,
y beber sin taza la dicha cercana,
pero, ¡Risa Loca pasó sin mirarme!