CENTURIÓN
Pero el batuque más pior
que ha dejao muy triste rastro,
es un asunto de Castro
que aunque viejo, es de mi flor,
trampa de marca mayor
más sucia que ratonera;
pues sin tutubiar siquiera
lo que pagao le había sido
dos veces por su partido,
lo jue también la tercera.
Protestaron los puebleros
contra ese robo tamaño,
que a mil perjuicios y daños
ha obligao al país entero,
hecho por unos cuatreros 2555
que con Castro en compañía,
a juerza de raterías
cuasi dejan a esta tierra,
más pelada que la sierra
si en el gobierno seguían.
Cuando el sitio, se pagó,
se pagó el cincuenta y tres,
y aura se paga otra vez,
la pucha que los plantó...
Esa diuda alborotó
cuando jue reconocida,
y en tan morruda partida
los dotores engordaron
pero al Estao lo dejaron
como una chuspa vacida.
Los cristos que soportamos
semos nosotros los pobres,
que se nos juyen los cobres
cuanti menos lo pensamos,
y siempre águilas andamos,
más desplumaos que pichones,
mientras las contribuciones
sobre el gaucho menudean,
y los gringos nos saquean,
a puras reclamaciones.
Jusilen al que es cuatrero
dende el más grande al más chico,
que sea pobre o que sea rico,
que sea gaucho o sea pueblero,
saquenlén lonjas del cuero
y servirá de escarmiento...
Pero amigo esté contento
no tendrán los orientales,
porque son tuitos iguales
esa felpa de angurrientos.
Y si es Balle el de la prenda
o el menistro de confianza,
que se les dé chumbo y lanza
pa que los demás apriendan,
y ansí en otra vez entiendan
que se sabe castigar
al que pretienda robar
nuestro sudor y trabajo;
¡No faltaría más, barajo!
Que dejaraos desnudar...