Del luto de mi noche mi ángel funesto tejió un velo pesado, tupido y denso más que las sombras que en los hondos abismos eternas moran. Negóme desde entonces el sol su brillo, ¡ay!, negóme la luna su fulgor tímido, y la esperanza no alumbró más el yermo de mis entrañas. Por eso todo, todo... para mí ha muerto. Mudas pasan mis horas tal como espectros... Cabe mi oído sólo se agita el soplo de los olvidos.
Desolación
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I Bien sabe Dios que siempre me arrancan tristes lágrimas |
øøø "¡La copa es de oro fino, ¡Era tarde!; después ardió su sangre |
¡Jamás lo olvidaré!... De asombro llena |
øøø «Yo en mi lecho de abrojos, |
I Ya pasó la estación de los calores, y lleno el rostro de áspera fiereza, sobre los restos de las mustias flores, asoma el crudo invierno su cabeza. Por el azul del claro firmamento tiende sus alas de color sombrío, cual en torno de un casto pensamiento sus alas tiende un pensamiento impío. Y... |